Además de traer todos estos añorables recuerdos a mi mente, la figura está excelentemente bien trabajada. La escultura cuenta con una serie de detalles que capturarán tu vista: el juego de texturas entre sus distintos elementos, como la soga, el báculo y la cola.
Así como la sensación de dinamismo que ofrece el cinturón y los mechones de cabello, los cuales se encuentran discretamente “desplazados por el viento”.
El trabajo de pintura es impecable: el kanji 亀es perfectamente discernible y los detalles del rostro son bellísimos. Ya que el tamaño y de los ojos, el delicado perfil de la nariz.